¡Entiendo pero no puedo hablar! Vencer el miedo: hablar inglés
- Team Neural Ear System
- 27 oct 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 feb 2024
¿Por qué algunos estudiantes sí quieren hablar en ese segundo idioma que están aprendiendo, mientras que otros evitan hacerlo?
Si el objetivo principal al aprender un nuevo idioma es poder comunicarse en él, entonces, ¿por qué algunos estudiantes evitan usarlo, incluso si saben lo suficiente?

Para desarrollarse tanto física como mentalmente, un ser humano nace con algunas necesidades básicas, una de las cuales puede destacarse como la necesidad de comunicarse; ésta, a diferencia de otros menesteres determinados, difícilmente puede ignorarse o estar sujeta a una variabilidad notable. La comunicación (verbal o no verbal) es necesaria en casi todas las fases de la vida para ayudar al ser humano a satisfacer otras necesidades cruciales. Incluso puede determinar el grado de éxito o fracaso en diferentes etapas de la vida.
Pareciera que hablamos de niños, pero no. Algunos estudiantes adultos con buenos conocimientos del idioma no quieren usarlo para hablar, mientras que otros con menos habilidad lo utilizan.
Si la mayoría de las clases se centran en aprender a comunicarse (método comunicativo) verbalmente, ¿cómo afecta al éxito de las clases y del progreso del mismo estudiante la disposición de las personas a hablar? La experiencia muestra que, aunque alguien sea muy bueno en el idioma, no necesariamente lo usará de manera espontánea y constante.
El misterio de porqué algunas personas logran un buen nivel comunicativo (speaking) en una lengua extranjera en relativamente un tiempo promedio, mientras que otros no, ha dejado a varios investigadores curiosos dándoles pautas para plantear hipótesis.
La Universidad de Cambridge ha explorado también esta cuestión, entre otros factores, para intentar, primero, identificar las razones de la variabilidad del éxito de las personas al aprender inglés y luego, buscar intervenciones pedagógicas que promuevan la adquisición de la segunda lengua. Así, se atribuyen razones a dos grandes categorías: la persona que aprende y su entorno. Dentro de la categoría de la persona que aprende, se sitúan las que se califican como “diferencias individuales”, en otras palabras, las características propias de la persona: desde la emoción, sus habilidades cognitivas, a su personalidad.
La Universidad de Cambridge se enfoca principalmente en el tiempo que le toma a una persona aprender exitosamente (mínimos errores convencionales y vocabulario amplio) una lengua extranjera, aunque no necesariamente se expresa en términos de fracasos definitivos.

Por otra parte, entre los investigadores más destacados debido al tiempo y esfuerzo que han dedicado a ello, está el profesor Peter Daniel MacIntyre de Canadá, quien estudia la psicología del lenguaje y la comunicación. MacIntyre ha publicado muchos artículos sobre temas como la voluntad de comunicarse y la motivación en el aprendizaje de idiomas.
MacIntyre y su equipo han propuesto un modelo para entender por qué algunas personas quieren comunicarse en un segundo idioma y cómo esto afecta su aprendizaje.
Dentro de este modelo está lo que se denomina “voluntad de comunicarse”.
La "voluntad de comunicarse" se refiere a la disposición de alguien para hablar en un momento dado usando un segundo idioma. Esto es importante para una comunicación exitosa y puede mejorar el proceso de aprendizaje.
La voluntad de comunicarse es una importante diferencia individual del alumno que puede ayudar a explicar las diferentes tasas de éxito entre individuos para el aprendizaje de idiomas.
Su-Ja Kang, quien también investiga esta variable individual, afirma que la misma se ve influenciada por varios factores personales y situacionales, y puede cambiar según con quién se hable y sobre qué se hable, por ello se denomina que la voluntad para comunicarse es dinámica.
MacIntyre cree que la disposición para comunicarse está relacionada con la confianza en la habilidad de hablar y la ausencia de miedo a hacerlo. Él piensa que cuando las personas se sienten capaces y seguras al hablar, están más dispuestas a hacerlo.
Fue a partir de el interés por la comunicación en la lengua materna, que esas inquietudes se trasladaron hacia las lenguas extranjeras.
El modelo de MacIntyre y sus colegas, conocido como modelo heurístico de variables que influyen en la voluntad para comunicarse, considera que tiene sus raíces en seis capas que son las siguientes: comportamiento comunicativo, intención conductual, situacional, antecedentes, propensiones motivacionales, afectivo-cognitivo contexto y contexto social-individual (ver figura).

En su libro intitulado la psicología del aprendiente de idiomas: las diferencias individuales en la adquisición de una segunda lengua, Dörnyei examina la personalidad, el temperamento y el estado de ánimo, analiza la aptitud lingüística, la motivación y la "automotivación", así como los estilos de aprendizaje y los estilos cognitivos, la ansiedad, la creatividad, la autoestima y varias otras diferencias individuales; para concluir con una sugerencia: el objetivo último de la instrucción de idiomas es justamente desarrollar esta “voluntad para comunicarse”.
MacIntyre declara que la “voluntad de comunicarse” en una segunda lengua representa la preparación psicológica para utilizar ese idioma.
MacIntyre y otros investigadores también creen que fomentar la voluntad de comunicarse (que influye no sólo en el modo de hablar sino también en los modos de escuchar, escribir y leer) es esencial en la enseñanza de lenguas modernas, y que el objetivo del aprendizaje debería ser hacer que los estudiantes se sientan más dispuestos a hablar, y no sólo a hablar mejor.
Muchos instructores y maestros de inglés lo saben y por ello usan una variedad de recursos para promover la voluntad para comunicarse.
Una herramienta divertida y eficaz es cantar en grupo. Algunas canciones confieren la oportunidad de escuchar nítidamente los sonidos y la entonación del inglés, particularmente si son interpretadas con gran ejercicio de dicción vocal. Por ejemplo: Kelly Clarkson (My Favorite Things), Carrie Underwood (Do-Re-Mi), Jennifer Owens (Fast Car).

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