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Audición, depresión y cerebro

  • Team Neural Ear System
  • 1 may 2023
  • 2 Min. de lectura

Existen cuatro cualidades subjetivas para describir un sonido: intensidad, tono, timbre y duración.


Desde el punto de vista de la intensidad, los sonidos pueden dividirse en fuertes y débiles.

El tono o altura es la cualidad que nos permite distinguir entre un sonido agudo o alto y otro grave o bajo.



Las resonancias del sonido en conjunto con el sonido en sí dan el timbre, que es la cualidad en virtud de la que podemos distinguir dos sonidos de igual frecuencia e intensidad emitidos por dos fuentes distintas.


Los investigadores Rishi Alluri y Gary J Rose comparten que la duración del sonido es de particular importancia para la comunicación, ya sea en animales o en humanos, porque los sonidos cortos son difirenciados de los sonidos más largos por las células cerebrales individuales, esta distinción e integración son componentes críticos de la capacidad de distinguir entre los sonidos de comunicación.


Por ejemplo, sin este mecanismo, las personas no podrían distinguir que la primera sílaba es más corta que la segunda en una palabra como “papá” [suena como pa-pah].


Cuando este proceso falla, el resultado pueden ser trastornos en el reconocimiento del habla, como cuando las personas mayores tienen problemas para registrar las palabras, incluso cuando los auxiliares auditivos amplifican los sonidos entrantes.

Se cree que el deterioro del reconocimiento del habla relacionado con la edad es, en gran medida, consecuencia de desequilibrios en la excitación e inhibición de las neuronas que participan en la audición.


Aunque las personas tengan auxiliares auditivos para amplificar los sonidos, pueden tener problemas con el reconocimiento del habla debido a los procesos en el cerebro.


Un déficit importante en la pérdida auditiva relacionada con la edad es la capacidad de comprender el habla en ruido.


Otro hallazgo importante en este campo de la neurociencia auditiva cognitiva es el papel que juega la serotonina en las células auditivas (Nace Golding).


Recordemos que la serotonina está relacionada con el estado de ánimo. Se le conoce comúnmente como el químico natural de "sentirse bien". Cuando la serotonina está en niveles normales, uno se siente más concentrado, emocionalmente estable, más feliz y tranquilo. Los bajos niveles de serotonina están asociados con la depresión.


La serotonina juega un papel muy estudiado en la depresión y la ansiedad, y también puede influir en varios aspectos de la cognición auditiva, incluida la atención auditiva y la comprensión del habla en condiciones auditivas difíciles (donde hay ruido de fondo, como en una junta de trabajo o en un restaurante).


"La serotonina afecta la región de la célula donde se generan los impulsos eléctricos y, al hacerlo, actúa como un termostato, cambiando la sensibilidad de la neurona a la actividad de sus entradas, por lo que puede ser más o menos selectiva sobre las señales que deja pasar. "


Estos hallazgos en las investigaciones nos dejan definitivamente aprendizajes importantes: por un lado, que la escucha, particularmente la habilidad para detectar la duración de un sonido, son indispensables en el lenguaje, y más aún si estamos aprendiendo inglés como lengua extranjera, ya que en este idioma la duración de las sílabas es más variable que en el español, por ejemplo. Igualmente, que las condiciones de estrés o ansiedad afectarán nuestra habilidad para escuchar.



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